El primer defensor del Pueblo en Perú, Jorge Santistevan de Noriega, falleció la mañana del miercoles, y dejó un legado de aportes dentro y fuera del país en defensa de los derechos humanos y la consolidación de la democracia.
Como actual defensor en funciones, Eduardo Vega manifestó que Santistevan deja una huella imborrable, porque sentó las bases de esta institución y la moldeó en sus características principales para un país tan complejo como Perú.
“La legitimidad, el prestigio y la confianza ciudadana con que cuenta la Defensoría del Pueblo hoy se ganaron a pulso durante su gestión y permanecen como los mejores impulsores del compromiso de todos los trabajadores”, declaró, poco después de conocerse el deceso.
En marzo de 1996, el Congreso de la República eligió a Jorge Santistevan como el primer defensor del Pueblo, cargo en el que permaneció hasta noviembre de 2000.
Durante ese período dedicó sus esfuerzos a consolidar la presencia nacional e internacional de esta nueva institución, llamada a defender los derechos de todos los ciudadanos.
La Defensoría del Pueblo expresó sus condolencias a la familia de Jorge Santistevan, en la persona de su esposa, Rosemary Luna; así como su decisión de continuar trabajando con la misma vocación de su primer defensor en favor de los más necesitados del país.
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