El día de ayer, aproximadamente a las 3.50 p.m., me apersone al área de emergencia de dicho hospital con el objeto que mi hija sea atendida por una fiebre y tos permanente; sin embargo, no había ningún médico ni en el ambiente de Pediatría ni en el de Triaje. Tuve que esperar más de veinte minutos para que pasara un enfermero y le manifesté que requería que se atienda a mi menor hija y me dijo que comprara un termómetro, por lo que me apersone a la Farmacia de Emergencia del hospital y grande fue mi sorpresa cuando la encargada de dicha sección me manifestó que no había. En ese momento pude escuchar que dicha encargada le decía a otra persona que tampoco había jeringa de 20 cc.
Dos días antes, a eso de las 11.00 p.m., también había asistido a dicho Hospital acompañando a mi esposa que también estaba padeciendo una faringitis con fiebre. Esa noche la atención fue distinta, la doctora que atendió a mi esposa fue rápida, muy amable y atenta. Un trato excelente, que lamentablemente muy pocos lo tienen o entienden que es necesario en un lugar como es el Hospital, en que las personas llegan cargados de diversos problemas, a los que se le suma el problema de salud. Esa noche, la doctora también me indicó que comprara un termómetro, igualmente fui a la farmacia y la respuesta fue que no hay.
Que, se puede pensar de un Hospital que en su farmacia no vende termómetros ni jeringas? A que se debe ello. No solamente se requiere que los que dirigen el hospital sean buenos médicos, sino también y necesariamente que sean buenos administradores, a fin que el personal cumpla su labor, estén en sus puestos, la farmacia tenga todos los fármacos necesarios y los pacientes se sientan satisfechos de la calidad de la atención.
Retornando al lugar, luego de comprar el termómetro en una botica privada ubicada en la parte externa del hospital, regresé al área de emergencia y nuevamente no había nadie que atienda, hasta que luego de unos doce minutos apareció el mismo enfermero, le entregué el termómetro y lo colocó en la axila de mi pequeña, manifestando que tiene que esperarse cinco minutos y desapareció. Pasaron más de 20 minutos para que dicho enfermero vuelva al lugar y ante mi insistencia recién verifique la temperatura y el peso de mi referida hija.
En todo ese lapso de tiempo habían llegado a la sección de pediatría varias madres con sus pequeñas hijas llorando de fiebre que requerían atención e igual que yo estaban esperando. Estaban aburridas y se fueron a quejar ante la jefatura de emergencia que no había quien les atienda y que no había nadie en triaje. Al parecer el médico jefe estaba muy entretenido en la computadora. Lo sorpresivo fue cuando a la hora, el médico que estaba en la jefatura y que era supuestamente el jefe de emergencia, sale de dicho ambiente se dirige al ambiente de triaje y procede a atendernos.
Así está el hospital de Puente Piedra. Al costado de los ambientes de emergencia un grupo de personas adultas estaban jugando vóley. Varios pacientes y sus acompañantes decían que ahí estaba jugando el personal y había que esperar que terminen de jugar para que retornen a su trabajo.
LUIS E. MENDOZA S.
CEL. : 994-410-506.
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