Dos de las cuatro víctimas del conductor perdieron la vida. No hay rastros del conductor.
Creyeron que abordar un taxi estacionado en el local donde se estaban divirtiendo sería una garantía de viajar seguros. Se equivocaron. Los cuatro cayeron en manos de un taxista asesino. Dos sobrevivieron para contar la historia y ayudar a encontrar al responsable.
El conductor les echó un spray para dormirlos, luego los golpeó y los asaltó.
Ocurrió a las tres de la madrugada del miércoles. Josué Herrera Margarín, de 26 años, junto con su primo Dionicio Hernández Alvarado, de 27 años, y otros dos amigos, identificados como José Segovia y Wilder Ramírez, salieron del restaurante típico El encanto de la selva, entre las avenidas Antúnez de Mayolo y Universitaria, en Los Olivos.
Según el primo de una de las víctimas, abordaron un taxi que durante largo rato estuvo estacionado en la puerta del local. Era una camioneta Station Wagon. Nadie pudo apuntar la placa de la unidad.
De acuerdo al testimonio de uno de los sobrevivientes, tras avanzar unas cuadras, el taxista sacó un spray y roció la unidad. Los jóvenes sintieron un fuerte olor. De pronto, todos se quedaron profundamente dormidos.
Hernández, Segovia y Ramírez despertaron golpeados en una calle de la zona de Las Casuarinas, en el distrito de Los Olivos, sin sus objetos personales. La Policía los auxilió y los llevó hasta el hospital de Collique, donde diagnosticaron que Hernández tenía una muerte cerebral. Falleció a las 11 de la noche del jueves.
Horas después, la Policía halló el cadáver de Josué Herrera en un descampado en la zona de Pro, en Los Olivos. Los oficiales a cargo del caso dijeron a este diario que fue golpeado salvajemente.
Se esperan los resultados de los peritos para determinar qué tipo de sustancia empleó el taxista asesino. Hasta el momento no se ha logrado identificar al homicida.
Las víctimas serán enterradas en La Libertad, su tierra natal.
El conductor les echó un spray para dormirlos, luego los golpeó y los asaltó.
Ocurrió a las tres de la madrugada del miércoles. Josué Herrera Margarín, de 26 años, junto con su primo Dionicio Hernández Alvarado, de 27 años, y otros dos amigos, identificados como José Segovia y Wilder Ramírez, salieron del restaurante típico El encanto de la selva, entre las avenidas Antúnez de Mayolo y Universitaria, en Los Olivos.
Según el primo de una de las víctimas, abordaron un taxi que durante largo rato estuvo estacionado en la puerta del local. Era una camioneta Station Wagon. Nadie pudo apuntar la placa de la unidad.
De acuerdo al testimonio de uno de los sobrevivientes, tras avanzar unas cuadras, el taxista sacó un spray y roció la unidad. Los jóvenes sintieron un fuerte olor. De pronto, todos se quedaron profundamente dormidos.
Hernández, Segovia y Ramírez despertaron golpeados en una calle de la zona de Las Casuarinas, en el distrito de Los Olivos, sin sus objetos personales. La Policía los auxilió y los llevó hasta el hospital de Collique, donde diagnosticaron que Hernández tenía una muerte cerebral. Falleció a las 11 de la noche del jueves.
Horas después, la Policía halló el cadáver de Josué Herrera en un descampado en la zona de Pro, en Los Olivos. Los oficiales a cargo del caso dijeron a este diario que fue golpeado salvajemente.
Se esperan los resultados de los peritos para determinar qué tipo de sustancia empleó el taxista asesino. Hasta el momento no se ha logrado identificar al homicida.
Las víctimas serán enterradas en La Libertad, su tierra natal.
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