Desde la tercera semana de mayo todos los taxistas de Lima metropolitana tendrán noventa días de plazo para un empadronamiento general. Los que no cumplan con esta medida serán multados hasta con 700.00 nuevos soles y no podrán ofrecer este servicio.
La Municipalidad de Lima busca erradicar la informalidad que ha caracterizado siempre a los taxistas y apostar por la seguridad del usuario. Este fue uno de los compromisos que asumió la alcaldesa Susana Villarán aun en campaña y por lo que muchos votantes terminaron de decidirse por su candidatura. Actualmente hay más de 240 mil taxistas en Lima pero solo la mitad estaría registrada, sin embargo no es posible ofrecer cifras exactas hasta que se realice el empadronamiento.
Las medidas para regular este servicio venían anunciándose desde enero, e integrantes de las agrupaciones de taxistas, gremios y asociaciones de transporte público venían mostrándose de acuerdo. Finalmente, la Gerencia de Transporte Urbano (GTU) de la Municipalidad aprobó la ordenanza que establece la actualización de datos de los conductores y sus vehículos. Se reconocían tres modalidades: los independientes, que representaban mayor peligro al usuario, taxis de estación y remisse, los dos últimos más seguros pero, por lo mismo, de mayor costo.
De igual manera, tomar un taxi se resume a subir al auto de un extraño, y en nuestra ciudad -caótica y peligrosa- es un riesgo que asumimos a diario. Apuntar la placa o dar una llamada al llegar a nuestro destino, entre otras cosas, parece no ser suficiente para que los ataques a los usuarios disminuyan. Lo dicen a diario los titulares de los periódicos. Las víctimas más comunes son mujeres, y en los casos más lamentables los ataques son sexuales. Por lo mismo, el usuario debe tener el derecho de saber a qué auto sube y quién ofrece el servicio. Así, se pondrá a disposición de la ciudadanía los datos actualizados para que cada persona, a través de su computadora o teléfonos inteligentes, pueda saber si el taxista de quien requiere sus servicios es un operador formal y reconocido por la Municipalidad.
La ordenanza que se acaba de aprobar no es un simple censo, sino que busca ser una garantía de seguridad, además de fomentar la formalidad, dijo la funcionaria María Jara, quien destacó también las ventajas administrativas de esta acción, como saber cuántos autos circulan y a qué horas por Lima. Con estos datos se ofrecería a los taxistas divisiones, horarios y el alcance de la necesidad de sus servicios. Recalcó que las tarifas actuales no reconocen un pago por el tráfico, por el servicio, o la congestión. Si bien las empresas de taxis formales pagan impuestos y los informales no, esto se regularía en una siguiente ordenanza. También buscarían que los operadores tengan mayores ganancias y beneficios de horario, ya que regulando generalmente a todos los taxistas, se les puede asignar distintos horarios y zonas, controlando una competencia entre operadores formales.
¿Pero estarían de acuerdo todos los operadores, como los llama la municipalidad, con esta regulación? Sergio Vargas, taxista desde hace más de quince años, ocho de ellos en el extranjero, comentó a diario16 y en plena carrera, que estaría de acuerdo incluso con horarios asignados si logran que todos sean formales. “Eso me permitiría descansar. Tenga en cuenta que el estrés conlleva a los accidentes. Y este es un trabajo muy cansado. Uno llega a tener hasta doce o más horas de trabajo. Yo hago diez horas diarias y no trabajo de noche. Dejé España por la crisis y regresé al Perú hace ocho meses. Es muy distinto, pensé que no podría volver a manejar pero aquí estoy. Además se gana bien a pesar de todo, y al formalizarnos disminuiría el tráfico. Yo gano entre cien y ciento veinte soles diarios, pero sin tanto tráfico ganaría más”.
Se espera entonces que para setiembre Lima no tenga más taxis informales y al tomar este servicio nosotros, los usuarios, podamos saber quién nos lleva, además, a abandonar la idea de que jugamos a la ruleta rusa cada vez que abordamos un vehículo.
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