lunes, 7 de diciembre de 2015

Dos mil familias viven sin agua en un condominio de Carabayllo

Cuando la comerciante Rosa María Espinola recibió las llaves de su casa a inicios del 2013, sintió realizado uno de sus más grandes sueños. Era el momento de olvidarse de alquileres y empezar una nueva vida junto a su esposo y su entonces único hijo de seis años. Hoy, su segundo hijo de solo tres meses le da fuerzas para seguir adelante desde que el sueño derivó en pesadilla. 

En el recién inaugurado condominio Villa Club, en Carabayllo, un buen día dejó de caer agua de los caños. Rosa María Espinola fue una de las primeras vecinas en llamar a Sedapal por una explicación. “La red de agua potable todavía no llega a ese sector”, fue la respuesta que le dieron.

El ingeniero César Bringas, dueño de un chalet de tres pisos con vista privilegiada de todo el proyecto inmobiliario, había notado desde que se mudó que varios camiones cisterna circulaban diariamente por la zona. Por esos días, creía que abastecían al pueblo joven San Benito, colindante al condominio. Pero no era asi.

“El agua de los cisternas era descargada en unos tanques y luego bombeada a nuestras casas. Entiendo que hay personas en otros lugares que consumen esa agua por necesidad, pero se suponía que esta era una zona residencial. No es posible que nuestro suministro de agua sea el de una invasión”, declara indignado.

Y es que tanto a Bringas como a Espinola, y a otros dos mil propietarios de las etapas II, III, IV y V del Proyecto Inmobiliario Villa Club, nunca les avisaron que esas modernas y elegantes construcciones, ubicadas a una hora de Lima, no contarían con los servicios básicos de todo inmueble.

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