Sangre,
plumas y heces de pollo embarraban el piso y salpicaban las paredes del
interior de cada local contaminando los pollos que se distribuyen en los
mercados de Año Nuevo, San Agustín, La Pascana y otros lugares. En el exterior
de cada local los mismos desechos se hallan esparcidos por toda la calle y a
simple vista se ve el aire inundado de la pelusa de las plumas y el polvillo de
la hez seca mezclada con el polvo de tierra, son llevados por el viento hasta
el interior del mercado, casas vecinas el colegio que rodean la Plaza Cívica de
Año Nuevo, perros evidentemente enfermos son atraídos por el intenso olor que
emanan de ambos locales. Todo ello configura no solo un delito contra la salud
pública sinó contra el medio ambiente según las normas vigentes.
La
situación de Miguel Otárola Maldonado dueño del puesto 93 y de David Gutiérrez
Ramirez dueño del puesto 353 como informaron trabajadores y encargados de los
negocios, se podría agravar al no haber presentado documentos que certifiquen
la procedencia de las aves. Vecinos y transeúntes manifestaron su aprobación y
apoyo a este tipo de operativos que intentan obligar a comerciantes e
industriales a respetar las normas de protección a la salud de la población
comeña.
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