miércoles, 22 de junio de 2011

La dura realidad de un wawa wasi en Collique




Se transfiere pobreza. Locales no son los idóneos para los niños que son atendidos. Los juegos y el material didáctico son escasos. Algunos tienen techo de eternit. Las madres cuidadoras, sin contrato, atienden a ocho niños por S/. 240 al mes.

Consuelo Alonzo C.

Una sombría habitación de tres por cuatro metros, con unas paredes que han sufrido el evidente abandono de la pintura, es la que les da la bienvenida –de lunes a viernes– a ocho niños de Collique, en Comas. Ese es su wawa wasi y allí pasan mañanas y tardes, mientras una madre cuidadora, sin contrato y con una “propina” mensual que no supera los 180 soles, intenta darles “una infancia feliz”.

No requiere de mucho pues tampoco tiene mucho. Una mesa en medialuna, que ya cumplió más de una década, y ocho sillitas a punto de romperse sirven para tenerlos sentaditos y ordenados.

Mientras que un envejecido microporoso de apenas un metro cuadrado permite que jueguen en el piso sin que el frío les atraviese la piel. Y para descansar tienen dos opciones: la única cama de esa habitación o la escalera de áspero cemento que da a la calle. Solo eso, no hay más. No hay patio ni un lugar para correr con libertad. Tampoco columpios. Para jugar deben conformarse con los escasos juguetes del estante.

“Me gustaría que el Ministerio de la Mujer nos cambie o arregle el mobiliario. No lo cambian desde hace diez años. Y quisiera que nos manden juegos didácticos y material para los niños”, dice doña Fiorella, que mantiene sus apellidos en reserva para evitar represalias. “No me vayan a cerrar mi wawa wasi”, replica y recuerda que si sus niños quieren asearse deben hacerlo con un chorrito de agua que sale del balde con caño que está sobre una banca. Muy cerca de la bacinica escondidita tras una lámina de cartón.

La misma realidad

Esta situación se repite en otro wawa wasi del Valle Los Ángeles del Naranjal, en Carabayllo, donde también el agua es escasa. Solo que allí la “casita de los niños” tiene un techo de eternit que ‘ayudará’ contra el frío del invierno. Y si bien las paredes tienen un blanco inmaculado, deberían llevar colores que estimulen la imaginación. Pero nada de eso tienen los niños que acuden a los wawa wasis que funcionan en casas de familia en zonas de pobreza o pobreza extrema.

Solo aquellos que funcionan en locales habilitados por el Ministerio de la Mujer tienen mejor rostro. Uno de ellos se ubica cerca del cementerio de Comas, al final de la Av. Revolución. Tiene baño y hasta un lavatorio, pero –al igual que los otros dos– carece del servicio de agua. Las dos madres cuidadoras que atienden a 16 niños (cada una se hace cargo de ocho) se prorratean el costo de un cilindro con su “sueldo”, que es de S/. 240.

Luz Tadeo y Elsa Cruz, madres cuidadoras del wawa wasi Horacio Zevallos, en Comas, dicen que desearían más capacitaciones. Ambas carecen de una profesión pero saben de higiene, nutrición y cuidados básicos de un niño. Todo eso, como dice Elsa, fue aprendido en su labor sin contrato. “Yo acá les doy los almuerzos, cambio pañales y lavo potitos. No sé si alguien con estudios hará eso”, refiere quien teme que las comunas decidan otro destino para madres como ella.

Así, con carencias y dificultades, serán transferidos los wawa wasis a las municipalidades del país. A la carrera. A pesar de que esto no es un juego de niños.

Claves

No es lo ideal. La directora de Save the Children, Teresa Carpio, señaló que si bien las casas donde funcionan los wawa wasis no son ideales, son espacios que permiten logros tangibles en materia de nutrición.

Tiempos. Indicó que las autoridades deberían propiciar la mejoría de este programa y no transferirlo cuando existen condiciones precarias. Además precisó que no se les ha dado tiempo a las municipalidades para aprender cuál será su nueva función. “Cuando uno transfiere una gerencia no lo hace en 45 días; tiene que haber todo un tiempo de planificación. Lo mínimo que debió tomar este proceso son cinco meses”, dijo.

presupuesto. Dijo esperar que las comunas hagan buen uso del presupuesto y lo mejoren.

Menú y meriendas por S/. 1.60

La presidenta del Comité de Gestión de los Wawa Wasis del Valle Los Ángeles del Naranjal de Carabayllo, Delia Espinoza, explicó que ella recibe un dinero del Mimdes que sirve para preparar una merienda, un almuerzo y un refrigerio diario para cada uno de los 96 niños que acuden a los wawa wasis de su sector.

En cada niño tienen que invertir S/. 1.60 en promedio para esas tres raciones, que principalmente llevan hierro en su contenido, sino no le alcanzaría ese monto. El Mimdes le entrega una relación de menús.


alpuebloconlaverdad.blogspot.com

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