Una anciana de 85 años
enfurecida porque le cortaron el servicio de agua, se colocó delante de un
camión de Sedapal para
evitar que los trabajadores se retiren del lugar.
Así como la anciana,
más vecinos del
Asentamiento Humano Villa Clorinda Málaga de Prado, en Comas,
no han pagado sus recibos de agua debido a las tarifas exorbitantes. Tras
estos aumentos, los vecinos no se explican cómo pueden recibir altas tarifas,
pues la mayoría vive en condiciones precarias.
Ellos aseguran que los
problemas comenzaron en enero de este año, desde que colocaron medidores de
agua en cada casa. Los pobladores llegaron hasta Sedapal para reclamar, pero
aseguran que la empresa solo se limitó a hacer una inspección, determinando que
existirían fugas de agua.